Una mano
en la tiza
un poema en la pared
Un pretexto
despedidas
los labios de una mujer
Un adiós, una canción tan triste
Neblinoso blues
que brotó
breve como una gota de reloj
Tenuemente azul
fue quemándose
crepitando en lo profundo de su voz.
A lo lejos
su silueta
borroneada en el vitral
Empañada
en el frío
del crepúsculo en el mar
Y allá va, barca a la deriva.
Perra soledad
viejo dolor
incrustado en mi caparazón
Siento tu puñal
desgarrándome
los jirones del ajado corazón
En el viento me dejo llevar
hasta un sitio donde poder anclar
en paz.
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