En este último bar del derrotero
Estoy sentado frente a tu vaso vacío
En la misma mesa junto a la ventana
Con la dueña de la noche por testigo.
El novecientos veintinueve veintinueve
Desde ayer me da fuera de servicio
Por eso he venido aquí para esperarte
Aunque digan que hace tiempo no te han visto.
Y estás ahí, escondido en tu bufanda
Ilusionista sonriéndome en silencio
Y está ahí el muchacho rojo y con guitarra
O el oscuro dark sin chance y lentes negros
A contramano entre el ágora y la ermita
Evadiendo la conjura de los necios
Con un pie al borde de la cornisa
Como un Ícaro en el límite del tiempo.
Se que vas a entrar por esa puerta ahora
Silbando a hard rain’s gonna fall
Desgranando las tristes hojas muertas
Esperando que acabe la función.
Aferrado como un naufrago al madero
En la helada madrugada filipina
Los misterios de la memoria de Shakespeare
Te ven partir, transeúnte en la neblina
Junto a Vallejo, Poe y el joven Ezra
Va el viejo Borges en tu vencida valija,
Un verdinoso mapa de Provenza
Y un álbum de fotos amarillas.
En este último bar del derrotero
Sigo sentado frente a tu vaso vacío
Hermanito, hermano de complicidades
Que ya extraño mucho más de lo previsto
Te debo un whisky, un blues, un aguafuerte
Un penúltimo saludo isabelino
Te debo ser parte de lo que he sido
La seguimos en el próximo destino.
Se que vas a entrar por esa puerta ahora
Silbando a hard rain’s gonna fall
Desgranando las tristes hojas muertas
Esperando que acabe la función.
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